El Trip – II

El viaje en auto duró 13 horas desde el DF hasta Mazatlán. Después de todo estuvo sin mucha novedad. Salimos del DF por Toluca y pasamos por los puentes de los poetas, que ah! Que bien quedaron. (De Xochimilco a Santa Fe en 45 min, a las 7am!). Hicimos nuestra primera parada en Toluca a cargar gas y comprar yugur para desayunar, y la siguiente 100 metros después. (A ese paso nos íbamos a tardar al menos unas cuantas horas mas para llegar) pero saliendo de Toluca agarramos buen vuelo y en unas cuantas horas ya habíamos atravesado 3 estados y andábamos recorriendo el estado de Jalisco.

Pasamos por la laguna de Cutzeo en Michoacán, y por Ocotlán Jalisco dónde me enteré que mataron a un hermano de mi bisabuela que era Federal en tiempos de la revolución.

Entre lo que aprendí en este viaje, que fueron bastantes cosas, está la geografía de México, ya que lo único que traíamos en el coche de lectura ligera para medio distraernos era la Guía Roji de Carreteras y fue fuente de muchas conversaciones, como por ejemplo que estado de la República había dado Presidentes de la Nación (Según un programa que vió Lilia) o dónde queda Topia, Durango, lugar de origen de mi Bisabuela Severina a donde sólo se puede llegar por una brecha según el mapa.

Pasamos por Tlaquepaque (pueblito) y atravesamos Guadalajara a eso del medio día. Para entonces decidimos no pararnos a menos que el tanque de Gasolina o la vejiga de alguien realmente lo necesitara. Así que mi sugerencia de pararnos en alguna farmacia para comprar un autentico Jarabe Tapatío no tuvo éxito.

Salimos de Guadalajara y pasamos por Tequila, donde el paisaje se engalana con un tapiz azul agave de lo mas padre, disfrute mucho los paisajes.

Salimos de Jalisco y entramos a Nayarit, se nos había advertido que si al llegar a Tepic ya estaba oscureciendo mejor nos encerráramos en un hotel a rezar por que la carretera de Tepic a Mazatlán tenía mas curvas que un calendario de taller mecánico. Afortunadamente le entramos a buena hora y vimos con lujo de detalle una de las mas feas carreteras por las que he pasado. Esas que tienen un solo carril de ida y uno de vuelta, hay que hacer filas para cruzar los puentes y los camiones se voltean en cada curva.

Finalmente, a las 12 hrs de viaje (7:00 p.m) llegamos a Mazatlán, Sin. Mi tía Lilia tenía la idea de quedarnos en un Hotel de Paso a la salida de Mazatlán y seguir el camino tan pronto el sol se asomara. Afortunadamente el que iba manejando en ese momento era yo y me resistí a detenerme en el Éxtasis, el Adan y Eva o cualquier otro hotel con exceso de luces de Neón, con nombre de teibolera o que cobrara por hora.

No nos tomó mucho convencer a Lilia que el plan original contemplaba quedarnos 2 noches en Mazatlán, así que jalé rumbo a la zona turística en busca de un hotel para pasar la noche.

El primer hotel donde preguntamos tenía buen look, olía a hotel y estaba del otro lado del Malecón, y por si fuera poco hasta barato estaba. De entrada estaba muy fácil y rápido para ser verdad, así que decidimos preguntar en algún otro lugar nomás por no dejar.

Me baje a preguntar en otro hotel mas adelante que estaba de a tiro mal, para empezar no olía a hotel, la alberca estaba en remodelación, el elevador estaba mas chico que la maleta de Lilia y funcionaba como elevador de villa olímpica . Lo bueno fue que, mientras el Sinaloaense (como el de la canción) me enseño el hotel, mi Prima Tania se fue a preguntar al de enfrente que por mucho se llevo la selección oficial. El hotel se llama los sábalos (y los Domingos) y resultó ser una sucursal chiquita del cielo.

Nos instalamos y decidimos ir a cenar. Para no movernos mucho fuimos a uno de los restaurantes del hotel llamado La Bella ? Taco Show.

El show era una banda local muy versátil y muy buena que amenizó nuestra cena. Después de cenar y de consumir algunas Pacíficos mas, nos dieron un upgrade y nos cambiaron el carrusel de salsas por botanitas cantineras. Cabe mencionar que tan pronto uno entra al estado de Sinaloa, de repente todas las mujeres eran hermosas, desde la que cobraba en la caseta, hasta los querubines que nos atendieron en la cena, uts, pura mujer bella que hablaba con ‘sh’ en lugar de ‘ch’. Anduve con ojitos de huevo cocido, y en general en la baba, la mitad del tiempo que estuvimos en Sinaloa.

Después de algunas chelas y que mi padre y su hermana se fueran a reposar, Tania y yo decidimos irnos a conocer que hacen en Mazatlán los viernes por la noche. Nuestra primera opción era un lugar no muy lejos del hotel donde al parecer había una congregación de antrillos. Ya mas de cerca (y pagando un cover de 50 cada uno) nos dimos cuenta que no era un lugar muy popular ya que solo había (literalmente) 8 personas adentro. Deprimente, parecía asamblea de la cámara de diputados. No había nadie. (Ya después me dio hasta pena no haberme dado cuenta, debi sospechar de tanto Neón).

Regresamos pues al hotel con la idea de tomarnos una o dos cervezas antes de pegarle al saco, cuando nos dimos cuenta que el lugar de moda era precisamente, el bar del hotel y todo Mazatlán y sus primos estaban ahí. Nos quedamos pues muy a gusto hasta altas horas de la noche y bajas horas de la mañana.

Dormí poco, por que me despertó el rugido del mar. Me paré, me bañé, y antes de que alguien se diera cuenta ya estaba yo haciéndome uno con la playa. Al poco rato bajaron todos y nos dispusimos a desayunar a la orilla del mar.

Continua…