Los lunes o martes por la mañana siempre me levanto con la convicción de pasar tranquilo el siguiente fin de semana, pero a eso del jueves por la tarde ya ando encarrerado otra vez y si no tengo plan ando organizando algo. Cheil! Que poca memoria tengo.

Igual fue el caso la semana pasada, que después de la bacanal de 4 días de fin de año que me dejó muy disminuido, juraba que este fin de semana iba a estar sosiegamente en mi casa viendo playoffs de tocho. Pues no.

El miércoles recibí llamada de Efraín invitando a reven en su casa el viernes, todavía medio atarantado le dije que si, aunque algunas partes de mi subconsciente buscaban pretextos para no ir. Ese mismo día me habló Rosa para decir que se iba conmigo, así que no le quedo mas remedio a mi subconsciente que apechugar e ir también.

La reunión en casa de Efraín trascenderá como «otra de esas borracheras sin sentido». Realmente no hubo mayor razón o pretexto, todos nos juntamos a beber y en breves descuidos platicar, hubo UNO en su versión drinking game que lo único que trajo fueron breves broncas matrimoniales entre Efraín y su mujer. En fin, fue a eso de las 3 cuando el cuadro de ver a Fabian devolviendo dormido hizo que la noche terminara de perder el encanto.

El sábado como a las 9:00 a.m. me despertó el teléfono, era Paco para hacerme una pregunta de la Trivia de Cinemex. Sobra decir que con lo que me encanta que despierten temprano en fin de semana cuando estoy crudo y desvelado, el mal humor correspondiente me duró hasta como la una de la tarde.

La familia de mi papá (que me sorprende que no se apellide Burrón) que seguía en el DF, se fue completa a una comida en Cuernavaca, yo ya tenía dos compromisos así que me quedé en la ciudad.

El primer asunto atender fue el Torneo de Reyes, dónde nos juntamos los de cada sábado, mas alguno que otro despistado a jugar swccg y comer rosca. Me divertí mucho, hice un nuevo deck light que partió madres y jugué partidos muy buenos con Kike y Bryan. Salí de muy buen humor.

De ahí me fui a la partida de Rosca con el HJC en la casa de Alonso.

Desde hace algunos años nos juntamos para hacer nuestros propósitos de nuevo año por escrito y los metemos en un sobre. Al año siguiente los abrimos y nos balconeamos mutuamente, bastante ameno. También nos salió lo creativos e hicimos sesión de fotos.

En la reunión, Dino que siempre trae el último y más mamón gadget, acababa de cambiar de teléfono al nuevo Sony Ericcson que dan Telcel con el plan. El aparatito graba video, carga Mp3, tiene zoom de 4x, en fin, la maravilla con patas. Después de hablar con él me llegó una urgencia perra de cambiar mi cel.

Alonso vive en una caja de zapatos por la Zona Rosa (justo frente a la oficina de su novia por casualidad…), y pues 12 personas en un espacio de 3×3 generaban un calor tropical muy sabroso que combinado con el frío manchado de la ciudad hicieron que al día siguiente mi graganta lo resintiera.

Para el domingo estaba planeado una visita a Texcoco a la casa de la hermana-del-esposo-de-la-hermana-de-mi-papá toda la familia en bola. Yo me levanté dos tres temprano y tenía el plan de ir a ver lo de mi cambio de teléfono, pero me llovieron amenazas de que no me daba tiempo y que nos íbamos a ir temprano. No fui pues. Por supuesto no contaba con mi tía Lilia y su desconocimiento del flujo del tiempo, ya que a pesar de levantarse a las 6 am, no le dio tiempo e hacer todo lo que tenía que hacer y llegó dos horas tarde. Me dio tiempo de ver como Indianapolis apaleaba a Denver y de medio organizar mi música en la PC.

Partimos pues rumbo a Texcoco. Creo que nadie tenía ganas de ir mas que por el puro morbo de que Braulio, (el cuñado del cuñado de mi papá) nunca nos había invitado en 20 años.

Al parecer ni el mismo Braulio estaba convencido de que fuéramos, por que el mapa y las instrucciones, (que hizo en una servilleta la noche de año nuevo como a las 3 am), parecían hechos por mi sobrina de un año. El mapa era una tripita con tres títulos (caseta, autopista, casa de Braulio), que si se los cambiaban bien podía ser un mapa para llegar a cualquier punto del país.

Después de preguntar un par de veces, dar vueltas sin sentido y atravesar Texcoco, llegamos a la casa de Braulio en Tepezcoelhoyo el chico y pues no hicimos esperar a la Barbacoa.

Pasé la tarde platicando con mis primos en un jardín con una vista estupenda. (una vista de nada, por que no había mas que puros llanos, pero igual estaba bonita).

En fin, después de las 2 horas de retraso de mi tía y la perdida en el camino, cuando llegamos nos quedaban como 20 minutos de luz, así que estuvimos como otros 20 min y nos regresamos igual todos en marabunta.

Hoy lunes contra todos los pronósticos me levanté temprano y de buenas, yo creo que es señal de que fue un buen fin de semana.