Martes. No circulo, no hay aventón de mi hermano.

Me hice a la idea desde el lunes en la noche que, con toda la hueva del mundo, tendría que irme a trabajar en metro. Pensé en hablarle a la chiaparrita, quien con suerte igual y conseguía coche para pasar por mi, pero no era lo mas probable y en ese caso, que no tuviera coche, seguro hubiera propuesto que nos viéramos en algún lado para irnos juntos. Por mas que quiero a la chiaparrita, prefiero tener poca interacción con seres humanos en las mañanas, así igual me voy jetón en el metro o hasta (Dios me libre) leyendo. Así que no le hablé.

En la mañana le di como 8 veces snooze al despertador, y por supuesto salí tarde. Justo antes de irme me acorde del libro (o mas bien impresión) de Contact que estaba leyendo la semana pasada y hasta medio me emocioné por que lo estoy disfrutando mucho.

En fin, al llegar a la parada del micro vi una cara semiconocida, «yo conozco a este wey…, cheil! Que no me salude, quiero irme leyendo…»

…»¿Tu eres hermano de Víctor verdad?» (ya fue).

Ni siquiera era muy amigo mío, era un compañero de la generación de mi hermano que vive por la casa y aparecía hace muchos años por ahí. Y para acabarla iba por mi rumbo. Nos aventamos una hora y media en el trafico y en el metro, que si hablando de lo que hace, de lo que hago, que si del tráfico, en fin, conversaciones educadas y medio vacías. En fin, ni leí, ni me dormí, y para platicar hubiera preferido a la chiaparrita.