…Y hablando de comerciales, hay uno medio reciente que me gusta mucho. Es el de una aereolinea (No recuerdo cual), pero en todo el comercial se ve a un señor con un oso de peluche de 2 metros. El señor carga al oso, lo lleva por todo el aereopuerto, lo forma en el mostrador, lo sienta en el avión y lo trae de arriba para abajo. El oso por su tamaño, estorba para todo, se le cae, molesta a la gente y para terminar al pobre wey le toca rojo en el semaforo fiscal. A continuación se ve la imagen de una niña, que supongo es su hija, que ve acercarse al señor con el oso. Y viene el mejor momento del comercial: El rostro de la niña que va creciendo en asombro mientras descubre que el oso es para ella.
No se si la niña sea un prodigio de actriz, o el director del comercial un genio. Pero la expresión en esa cara me despierta algo…
Me gustaria poder volverme a sorpender como niño.