Cosmogonía según Mau, Parte I
En mi adolescencia, como en la de muchas otras personas, me llegó la hora de decidir por que rumbo iba a dirigir mi vida. Movido en gran parte por que mis calificaciones en matemáticas y física era de mis mejorcitas, me gustaba enterarme de gadgets y desarrollos tecnológicos en revistas y que me gusta la ciencia ficción y la fantasía; escogí estudiar física sin saber realmente de que se trataba la onda. Un año después, ya caladito por la Geometría Euclidiania y la mecánica no Newtoniana, me enteré como estaba la onda y me rajé.
Ya después del susto, más calmado, desarrollé un credo científico muy cómodo: “¿Me lo puedes demostrar? Te creo, ¿No? Gracias por tu visita” Lo que me trajo, entre otras cosas, otro punto de vista de las religiones, lo sobrenatural y todo aquello que para que exista tenemos que dejar el beneficio de la duda a un lado. Me parece que la forma mas confiable de enterarse del porqué de las cosas y eventos es, en orden, con base en hechos y la plena confianza de que si ocurre algo que no entiendo es por que soy mas wey de lo que sospecho.
Hasta el día de hoy, mi gusto por la fantasía, ciencia, tecnología y ciencia-ficción se mantiene, pero de lejecitos donde no muerdan. Y he estado muy a gusto con mi forma de ver el mundo, que también incluye una adaptación de las sabias palabras de Velibor Milutinovich “Mau respeta”.
Mi base es, que el hombre es lo suficientemente hábil para descomponer o descifrar cualquier cosa hasta sus elementos básicos o razones fundamentales.
Por Ejemplo, saber que la casa ‘truena’ de noche, debido a la respuesta de los materiales al cambio de temperatura en el ambiente y no a algún espíritu chocarrero. O atribuirle lo naco de Cuahutémoc Blanco a su educación chafa en lugar de a la posición de las estrellas del día que nació.
¿A que viene todo esto? Pues bueno, resulta que el punto donde se pone peliaguda mi cosmovisión es cuando llegamos a lo recóndito del ser humano y sus relaciones entre sí.
Puedo apostar todas mis deudas a que el wey responsable del Spirit le fue más fácil entender y planear la misión a Marte que ponerse de acuerdo con su mujer en que película ver a la entrada del cine.
Es un hecho que no hay explicación racional de por que aquella persona no se cansó de hacer ojetada tras ojetada y por supuesto menos explicación hay del por que estaba uno de necio permitiendo que se las hicieran.
No se puede aplicar el método científico para explicar el por que el imbécil de junto pisa el acelerador justo cuando uno pone su direccional, o ¿Por que el sentido del humor no es homogéneo? (Nadie se ríe ya de: “Están Batman y Robin ¿quien es el malo? R: El chiste”). ¿Cómo es que palabras sin sentido o incoherencias tienen tanto significado según la persona de quien vengan?
Mi modelo del mundo establece que lo mas divertido de la vida es explorar y entender. ¿Por qué es mas divertido ser niño? Por que se la pasa uno descubriendo cosas nuevas y su funcionamiento. De la juventud para adelante lo divertido es explorar gente (in every way), sus motivaciones y razones. (A lo mejor por eso mi gusto malsano por leer blogs). Aunque hay algunos que, a diferencia mía, no le sacaron y consiguieron una prorroga de niñez y se dedican a explorar las cosas y como funcionan. A esos los respeto y los envidio.
Si por mi fuera que debería haber un premio Nobel a la investigación e interpretación de las relaciones humanas, (o si nos especializamos un poco a la interpretación de la mujer). Eso si sería un breakthrough para la humanidad y ayudaría mucho a mi cosmovisión.
Finalmente, creo que eso podría explicar la nulidad de mis días. No me estoy divirtiendo por que no tengo nada / nadie que explorar y entender. O a lo mejor estoy cansado de explorar y tratar de entender y quisiera que alguien se dedicara a explorarme, entenderme y divertirse en el camino.
En fin, un amigo mío dice que la vida era mucho mas fácil en la época de las cavernas. Uno andaba caminando vestido en pieles, sin preocuparse si la corbata le combinaba con los calcetines y si de repente veía una mujer ahí mas o menos merecedora, bastaba con un buen garrotazo en la cabeza y llevársela de las greñas a copular.
Yo digo, ¿fácil? Si, ¿Divertido?, También (de una manera enfermiza, pero divertido…).