Mi prima Tania estudia medicina en EEUU y como parte de su formación tiene que hacer servicio social. No estoy muy seguro si fue su elección o no, pero lo va a hacer en Lesotho, África.
El Reino de Lesotho es un país justo en medio de sudáfrica de apenas 30,000 km2 (masomenos del tamaño de Guanajuato) y de dos millones de habitantes, donde el 40% de su población gana menos de USD $1.25 al día y que sinceramente no sabía de su existencia hasta el servicio social de mi prima. (Y todo lo que se ahora, lo aprendí de la Wikipedia, como la mayoría de las cosas)
Con lo mitotera que es mi familia, de inmediato se organizaron un viaje para ir a visitarla y de paso tomar vacaciones por ahí de Safari.
Y me invitaron.
Debo decir que me tomé unos días en decidirme, el gasto no es menor y menos con el dólar como anda. En mi onda de señor adulto >40, ya estaba planeando dar el enganche de una casa en León o chance liquidar mi actual departamento que le falta un poco para terminar su hipoteca.
Afortunadamente todavía tengo muy bien contenido al adulto interno y bajo la premisa que me arrepentiría mas por no ir, me embarqué.
El plan así de botepronto es de 10 días: Victoria Falls (Zimbabwe) un par de días, y la visita de 3 reservas en Botswana, viendo animales como en Jumanji.
Aunque tomé la desición de ir desde diciembre, la planeación y organización ha sido una montaña rusa de emociones.
Los vuelos.
Lo primero que hay que hacer es llegar ahí. Mi familia ya tenía todos sus vuelos organizados cuando me uní al plan, así que me tocó ver que ruta tomar.
Hace ya varios meses, una buena amiga que trabaja para una aerolínea asíatica me dio de alta en la lista de familia y amigos, «nomás por si algun día se ofrece». Así que después de verificar que la aerolínea volaba a sudáfrica, la busqué para ver como estaba el trámite.
Resulta que por el mismo costo de un vuelo en clase económica, pude conseguir un vuelo en Bussiness class. ¡Nada Mal! El truco es que los vuelos están sujetos a disponibilidad, y si no hay lugar en un vuelo, pues toca esperar al del otro día y asi.
En previsión por la disponibilidad de espacio, reservé el vuelo 3 días antes, así tengo 3 oportunidades de subirme al vuelo antes de que empiece el Safari. Si todo sale bien pues tendré 3 días para pasear en Johanesburgo y si todo sale mal pues será como Tom Hanks en la terminal (sans Catherine Zeta Jones).
El vuelo a Johanesburgo lo tomaré en Chicago, y hará escala en Qatar. Así que me esperan unas 22 horas de vuelo masomenos.
Una vez en Johanesburgo y ya con la familia, tomaremos un vuelo a Victoria Falls, de ahí cruzaremos la frontera de Zimbabwe con Botswana por tierra, y para transaladarnos entre las reservas hay que usar avioneta.
Por requerimientos de capacidad de la avioneta, el equipaje por persona está limitado a 20kg, y tiene que ser en maleta no rígida y sin rueditas. Por lo que la empacada tiene que ser muy minuciosa. También me tocó pagar extra por el sobrepeso :/
Otro detalle vacilador del vuelo en Bussiness Class, es que hay código de vestimenta. Osea que no puedo ir con jeans y mi camiseta de StarWars, por que se puede ofender el sultán de junto.
Así que entre la maniobrada del peso y del equipaje hay que considerar mi esmoquin, mi capa, mi sombrero y mi bastón.
Las Visas
Cuando me invitaron al Safari me mencionaron que no era necesaria ningun tipo de Visa, así que confiado bajé la guardia. No fue sino hasta hace un mes, que nos confirmaron que necesitaba las visas de Sudáfríca y Zimbabwe, y que empezamos a correr como gallina sin cabeza.
El trámite de las visas fue como ver una temporada de Lost, entre situaciones ridículas y mucho cliffhanger.
La parte mas civilizada de esta historia es el trámite de la visa de Zimbabwe, que es totalmente en línea. Uno se mete a la página, sube sus documentos, llena una forma y en dos o tres días recibe en la comodidad de su correo la visa que hay que pagar a la entrada al país. Muy del futuro.
A diferencia de la visa de Sudáfrica, donde aparte de llenar un formulario kilométrico, hay que dejar con el pasaporte en la embajada.
Primero la agencia de viajes que nos debía expedir una carta de invitación, se lo tomo con una parsimonia terrible. Y justo cuando nos la envió yo tenía un viaje de chamba en puerta por lo que pude dejar mi solicitud peligrosamente cerca de la fecha de salida, además piden un mínimo de hojas libres en el pasaporte que yo apenas cumplía, así que cada vez que un oficial de migración ponía un sello nuevo yo sudé la gota gorda.
Afortunadamente el episodio de las Visas tuvo un mejor que Lost y ya tengo todo los papeles necesarios.
Vacunas
En toda la documentación que me facilitaron con recomendaciones para el viaje, dicen que lo mas sensato es ir vacunado contra todo lo posible, con enfásis en Tifo, Tétanos y Malaria.
Mi primer preocupación fue, ¿donde se consigue uno la vacuna vs la Malaria? ¿La pone el Dr. Simi? ¿Donde se consigue? ¿Cualquier Dr. la puede recetar? etc. Afortunadamente mi Dr para preguntas necias @verde75 estuvo ahí para sacarme de mi error.
En primera, resulta que la malaria no tiene cura. Así que si la encuentro, probablemente vaya acompañada de un Nobel.
Y en segundo lugar me hizo una recomendación valiosísima. Resulta que el hospital de Nutrición del D.F. hay un servicio que se llama «La clínica del Viajero» (También lo tiene la UNAM), donde uno acude les cuenta de sus planes de viaje, le dan consulta, recomendaciones y todas las vacunas necesarias. Justo lo que necesitaba.
Me dieron pastillas para prevenir Malaria, me aplicaron la vacuna vs el tétanos, la tifo, la fiebre de sábado por la noche y la vacuna contra la mordida de León.
La experiencia.
Ya con los vuelos, las visas y las vacunas arregladas, estoy dedicando las siguientes dos semanas previas al viaje a preparar cosas mas mundanas. Cosas como bajar libros al ipad, conseguir los adaptadores de corriente necesarios, e investigar mas a detalle los puntos del itinerario. Osea, ya estoy empezando a disfrutar de las pre-vacaciones.
Revisando el equipaje y ciudando que no se pase del peso requerido en las avionetas, resulta que en muchos lados recomiendan un código de vestimenta en el safari(Fuente: Internet).
La recomendación es que hay que llevar colores neutros, como Khakis, cafés o verdes, y no es porque los animales sean muy fijados, sino por que los colores vivos, pueden llamar a los mosquitos y los mosquitos traer Malaria, dengue, zika o de perdida joder con zumbido en el oído. Los colores oscuros atraen a las mosca tse-tse y resulta que su picadura es mas dolorosa que el disco de Ska de la banda. La mezclilla tarda mucho en secar. El camuflaje esta reservado exclusivamente para el ejercito y no queremos ningún lío internacional. Y el animal print ps, si es de muy mal gusto…
Entre los preparativos y documentación pre-viaje, @alicedice me regaló una suite de libros de lo mas interesantes. Entre ellos recomiendo «Whatever you do, don’t Run» que se trata de las aventuras de un guía de Safaris, de lo mas divertido. Además de que me dio una buena idea de que esperar en la experiencia.
En fin, hasta ahorita mis vacaciones han sido una montaña rusa de emociones y aprendizaje, y eso que todavía no empiezan.
Faltan 21 días para la primavera. (En el hemisferio Norte)
Ya me estoy saboreando las crónicas. ¡Buen viaje!
🙂 Gracias!
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