«Chin!», pensé, «No Luz = no internet + no música + no lectura»
Utilizando mi instinto de dejar que las cosas se resuelvan por si mismas, agarré mi libro del Mago y me fui a una plaza. Compré boleto para el cine y maté el tiempo leyendo al Mago. (Hablando de Magos, me pregunto si Beto el Boticario habrá ido a Howgarts)
En fin, cuando regresé a mi casa todavía no había luz y sin acongojarme me dispuse a dormir esperando una vez mas que las cosas se resolvieran por si solas.
Por la mañana, sonaron los despertadores y estiré al máximo los minutos de sueño. Al dar las 8 en punto me paré de un brinco y, en un sprint que ya quisieran las compañeras de Ana Guevara, llegué a la regadera.
Abri la llave y nada…
Por supuesto no había habido luz en toda la noche y por consiguiente no habia forma de que las bombas de agua llevaran líquido mas arriba del nivel del piso. El lugar estaba completamente seco.
Desconcertado me paseé por el departamento en lo que me quitaba las lagañas y pensaba que hacer.
Abrí el congelador para revisar cuales podrían ser las bajas potenciales en caso de que la falta de luz continuara.
Los hielos se habían derretido y el helado del congelador ya tenía una consistencia aguadosa.
En el refri estaban unas cervezas con riesgo de quemarse, un queso aún sellado que creo que puede aguantar, un par de Yogurths, del cual me comí uno hoy para disminuir la merma, y de reojo vi un bote de jugo y otro de leche. («¿…y si me baño como cleopatra?»)
Dirigí entonces mi atención al Garrafón de Electropura…»mmmmh»
Rasurada baja en sales, bonita forma de empezar un Lunes.
¿Que la de Cleopatra no tiene que ser leche de burra o de bufala o algún animal exótico para que cuente?
hey maravilloso tu post!
bss
siento lo del agua!
Cuando la necesidad apremia surge el MacGyver que llevamos dentro 😛
Soy nueva por aquí, me gustó tu blog!
huy ps que elegancia la de Francia!
saludos!
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