Llego a casa, es tarde, tengo hambre, estoy harto, cansado… voy al refrigerador, hay un imán nuevo, tiene una leyenda, dice:
«Usted no tiene la culpa de la cara que tiene, pero si de la jeta que pone»
Buen timing, sonreí.
Llego a casa, es tarde, tengo hambre, estoy harto, cansado… voy al refrigerador, hay un imán nuevo, tiene una leyenda, dice:
«Usted no tiene la culpa de la cara que tiene, pero si de la jeta que pone»
Buen timing, sonreí.