Así es como pasan las cosas, así es como siempre han pasado y como seguiran pasando. Y aún así seguimos sorprendiéndonos.
El sábado en una maniobra olímpica, esquivé un convivio de la oficina al que no quería ir. Aproveché la tarde para dejar a lavar las vestiduras del coche (otra cosa que nunca le había hecho), se tardaron todo el día pero se le quitaron unas manchas insospechadas y otras mas insospechadas resultaron ya ser parte del tapiz.
Mientras me tenían el auto listo, vi «Brain Dead» que me pasó el Verde. Joya Guajolotera del cine zombie dirigida por Peter Jackson. (¿Cómo le hubiera quedado con el presupuesto del Señor de los Anillos?).
Ya por la noche me lancé a casa de Andrés donde hubo huateque por el cumpleaños de su esposa Adriana. Pasé por un pastel para la ocación y una botella de Vodka por si las dudas.
La fiesta estuvo mas que agusto, Adriana como profesional del Canapé mandó a hacer unos bocadillos de alcurnia muy sabrosos. Hubo buena cantidad de bebida y mucha gente.
Entre la gente estaban El Pelón y Eugenio, compañeros de la preparatoria, que como algunos miembros de la famila sólo veo en Bodas, Bautizos y Fiestas en casa de Andrés. Platicamos muy a gusto de temas varios ya de adultos.
Adriana puso el ultimatum de que antes de abrir la botella que llevaba había que terminar con todas las botellas que había llevado en ocasiones anteriores a su casa y se habían quedado. Bien obedientes las botellas se empezaron a vaciar.
La fiesta estuvo bastante divertida, tomé mas alcohol de lo que acostumbro en casa de Andrés y ya entrada la noche hasta canté Karaoke del nivel que traía. Regresé a casa a bajas horas de la mañana.
Hoy domingo cuando desperté el dinosaurio ya se había ido, y es que me desperté como a las 3 foquin de la foquin tarde. Odio levantarme tan tarde los domingos son las 7 de la noche, apenas me esta alcanzando la cruda y presiento que voy a andar como búho hoy y como zombie mañana.
Otra contrariedad de la fiesta de anoche es que le di un banquetazo a la llanta del coche al venir de regreso y quedó dos tres desgraciada. Afortunadamente solo fue la llanta y el rin pero la cruda como que acentúa la culpa.
Me cago yo mismo por andar manejando cansado y tomado. No hay pretexto. En alguien debe de caber la cordura, al menos en mi.
En fin, nada como el «Takk» de Sigur Ross, para curarse la cruda por la tarde de un domingo…