Hace cosa de unos 30 años, el Netflix de mi adolescencia era irme en bici al videocentro y browsear los títulos de los estrenos.
Si durante el fin de semana uno llegaba tarde al videoclub lo mas probable es que ya se hubieran aperrado los estrenos, así que había que escoger alguna película del catálogo para pasar el rato.
Ahora que lo pienso, creo que esta situación me ayudo para ver clásicos que de otra forma no hubiera visto por mi cuenta. Recuerdo «El golpe», «La aventura del Poseidón», «La Maquina del tiempo», o «Galería Nocturna».
Galería Nocturna fue una de las películas que se me impregnó, y que 30 años después recuerdo con mucho mas detalle de lo que acostumbro.
A los 13 o 14 años no sabía que el videocasette en renta, era el piloto con tres episodios de una serie. Tampoco sabía que era una serie creada por Rod Serling, creador de Twilight Zone. Menos sabía que uno de los episodios fue el debut como director de Steven Spielberg. Lo único que yo sabía es que estaba en el anaquel de terror.
La primera de las 3 historias, «The Cemetery», era la que me daba mas miedo. Se trataba de un tipo que iba a visitar a su Tío millonario en su lecho de muerte, y para ayudar a eso de la herencia un día le deja la venta abierta y el Tío se muere de un aire colado. El sobrino se muda a la mansión y resulta que uno de los cuadros en donde esta pintada la casa empieza a tener cambios, como si su tío fuera por venganza. El tipo se vuelve loco y se mata, y resulta que, Spoiler Alert, el Mayordomo era el que le cambiaba los cuadros para sacarlo de quicio.
La segunda historia, «Eyes» (Que es la dirigida por Spielberg), es de una mujer millonaria y muy mamona, pero ciega. El único tratamiento contra su ceguera, involucra que alguien en vida done sus ojos para una especie de transplante, pero aún así, ella solo podría ver unas cuantas horas antes de volver a quedar ciega. Ningun médico quiere hacer el procedimiento, y mucho menos un donador. Así que valiéndose de sus millones, consigue un donador que le debía a la mafía y chantajea a un cirujano para que le haga el procedimiento. Pero justo cuando le quitan las vendas después de la operación, se da el Apagón del 13 de Julio de 1977 y pues se queda sin ver nada.
Es por este episodio que recientemente recordé a la Galería, el 13 de Julio de 2019, 42 años después, hubo un apagón en Manhattan que dejó media ciudad oscuras por unas horas. Para mi suerte, estaba de visita en la ciudad a media función de teatro de la que nos sacaron por que no pudieron continuar :(. Se me hizo muy curioso y me trajo la memoria adolescente a la memoria reciente.
En el tercer episodio, «The Escape Route», un viejo nazi está prófugo en algún lugar de Sudamérica. Un día de paseo en un museo se encuentra con el cuadro de un pescador, el cuadro le gusta tanto que en un momento sobrenatural se mete a él y se lo pasa de lo lindo pescando. Según recuerdo regresa al cuadro un par de veces e incluso planea retirarse a la pintura y nunca salir de ahi. En esas está cuando un Judío ex-prisionero de Auschwitz lo reconoce, se hacen de palabras y el nazi mata al Judío, la policía entonces lo empieza a perseguir, el Nazi se mete al museo. Es de noche y todo está oscuro, decide adelantar sus planes de retiro y meterse al cuadro de por vida para esapar, los guardias no lo encuentran. En la siguiente escena se ve a dos empleados del museo conversando, resulta que el cuadro del hombre pescando recién lo acaban de cambiar, y uno se a cuenta que el Nazi se metió al cuadro equivocado cuando se ve su cara en una figura crucificada.
El fin de semana pasado finalmente visité la expo «En casa con mis monstruos» de Guillermo del Toro y cual fue mi sorpresa cuando al dar la vuelta en un pasillo, me encontré cara a cara con el cuadro del Nazi crucificado en todo su esplendor. Se me encueró el chino.
Una de las mejores decisiones del verano fue ir a la exposición. La disfruté muchísimo.
Ademas de que Guillermo del Toro es sin duda el Mexicano mas querido, darse un paseo por su colección y entender de donde viene su inspiración, encontrar y entender tantas referencias es sabrosísimo.
Entre otras de las piezas que disfruté muchísimo están: el conejo del sombrero de la película de Twilight Zone, que fue objeto de varias de mis pesadillas, o la colección de revista DUDA, qué leía en los veranos interminables en casa de mi primo Adrián. Me rayó ver los props de Pacific Rim, o la carta que Miyazaki le escribió a del Toro. Otra sorpresa fue ver las calaveritas del stop motion de Jason y los Argonautas, o ver directamente la influencia de la Victoria de José Clemente Orozco en el hombre pálido del laberinto del Fauno.
Uno de mis temores es que la exposición iba a estar aperrada y oliendo a humano, pero la verdad tanto la producción como la organización me dejaron un muy buen sabor de boca. Todo esto sumado que nos tocó un Guía que además de haberse aprendido la exposición, se notaba que igual la disfrutaba.
Recuerdo haber visto Cronos y el Espinazo del Diablo en la universidad, y en ese momento no fueron mis favoritas. Creo que les tengo que dar otra repasada de revaloración y en una de esas regresar a la expo.