En primavera las quesadillas son de flores

Ayer me tocó mi salida semanal a conseguir provisiones para la semana. La salida sirve también para revisar si ya estamos en onda Morlock/Eloi o todavía no.

Por default siempre que se me acerca alguien vendiendo algo en el semáforo, mi acto reflejo es decir instantáneamente «No gracias» y hacer el gesto Jedi universal. Justo en eso estaba cuando de reojo vi que lo que vendía el hombre era flor de calabaza. Uf! me gusta la flor de calabaza. Le compré 30 pesos.

En el estacionamiento del súper, antes de bajar hice una googleada rápida para ver como se cocina la flor de calabaza. Nada muy difícil, hay que quitarle el pistilo, combinar con ajo, cebolla y epazote, y ¡zas!. Agregué pues epazote a la lista.

También aproveché el momento para ver rápido un tutorial de salsas, siendo muy honesto, creo que tenía la intuición de como hacerla, vi a mi madre incontables veces hacerla, pero nunca hasta este momento había hecho una yo con mis manos. Resulta que tenía la idea correcta, solo me faltaban los chiles, que también agregué a la lista.

Vale la pena decir, que nunca había visto un epazote afuera de una quesadilla, o con suerte en una olla de frijoles. Así que no estaba muy seguro de como se vería afuera de la comida.

En la sección de hierbas del supermercado me dejé llevar por el título del estante y eche la hierba al carrito. También medité mucho que clase de tortilla iba a llevar para hacer la quesadilla perfecta. ¿De harina? ¿De maíz? ¿Masa Azul, blanca o amarilla? Decisión nada trivial. Encontré unas tortillas de masa cruda, y se me hicieron buena opción.

En el queso no hubo tanta duda, todos saben que el queso Oaxaca es e queso quesadillero por excelencia. Hubiera preferido un Oaxaca fresco de mercado de la calle en vez de uno empacado, pero ni pex, uno no se pone exigente en el apocalipsis

Al estar pagando, la cajera la marcó mi aquello que yo creía que era epazote como «Hierba Santa». La paré en seco. Le expliqué que yo no la quiera para la garganta, sino para una quesadilla. Me miró condescendiente y me explicó que así no se veía el epazote, y que no era la hierba que estaba buscando.

Yo no me iba a rendir. Así que antes de regresar a mi casa pase a la verdulería de la colonia y pedí mi epazote. El verdulero tomo un manojo que parecía la cosecha del municipio entero. Humildemente le dije que no necesitaba tanto, que solo quería para mi quesadilla. Enternecido, me entregó una rama como si me estuviera ofreciendo una flor solitaria. Me sonrió y me dijo que no me la iba a cobrar. La tomé sonrojado y medité mis alternativas amorosas en caso de que la crisis sanitaria se pusiera mas ruda.

Hoy por la mañana, armado de determinación me puse a hacer realidad mi sueño de una quesadilla de Flor con queso. Tosté jitomates y chiles para mi salsa. preparé la flor, rallé el queso y cociné las tortillas. Pequeños triunfos.

Life is good.

La primavera Hecha Quesadilla

La primavera Hecha Quesadilla

 

 

El lienzo de un artista

El lienzo de un artista