No fue sino hasta hace poco mas de una semana, en un bar atascado de gente donde me recordé que lo masivo es divertido y decidí extender una invitación general a un solo Maufest, un solo día.
Gran parte de la semana hubo nervio y en mi mente salían pop-ups de la nada con cosas que podrían salir mal:
«Es que no hay estacionamiento, el lugar está muy chico, que tal si vienen todos, que tal si no viene nadie, que van a decir los vecinos, etc.»
Me aguanté los pop-ups ignorando la fiesta en general. No adelanté nada ni preparé nada durante la semana, así que el sábado desde muy temprano tenía muchas cosas que hacer.
Mi amigo, y ahora vecino, Armando no tenía mucho que hacer durante el día así que aprovechando que me iba a prestar unas sillas me acompaño gran parte del día en la preparación.
Primero hubo un éxodo hasta la casa de mis padres en el Señorío de Xochimilco para hacerme de una hielera donde poner a enfriar el chelerío. Después, en un intrépido desafío al tráfico sabatino hicimos paradas en el supermercado a hacernos de un modesto stock de alcohol.
El tema de la fiesta era primaveral (me gusta la primavera pues…) y una bebida ad hoc al modo es sin duda el mojito.
Confiado en que tenía la teoría de la preparación del cocktail cubano y aconsejado por la experiencia ronera de Armando, acabé comprando una Patona de Bacardí Blanco. Me sentí sucio.
Por otro lado, una fiesta primaveral no puede ser primaveral solo por decreto. Necesita algo palpable. Algo real. Algo que al verlo digas: «Ah chingá, ¿y Tatoo?». Ahí es donde entró Rosa al rescate y en una peligrosa expedición al mercado de sonora consiguió los props primaverales requeridos.
Los bocadillos estuvieron a cargo de Adriana, la Condesa del Canapé, que amablemente se ofreció a prepararlos y llevarlos y, fueron un verdadero éxito.
A la hora citada empezaron a llegar los convidados. Nadie llegó con las manos vacías. No faltó nada.
El experimento de los mojitos nomás no jaló. Tengo la teoría pero me falta técnica. Afortunadamente se compensó con el éxito de la Gelatina con Vodka (Fantabulosa idea de Ingrid) que a mas de uno puso a nivel.
La fiesta siguió durante toda la noche sin mayor stress. La gente se divirtío como debe y yo estuve muy contente (y dije bien).
El Maufest fue un éxito. Sin duda uno de los mejores y el día ya es un nominado a los días mas divertidos del 2007.
Al otro día mientras hacía recuento de las bajas y control de daños en el departamento, sonó el timbre, era mi vecina.
Mau: Buenos Días (16:00hrs)
Vecina de Mau: ¿Si, Podrías barrer tus colillas por favor? (Señalando 7 colillas de cigarro en el suelo en un área común del edificio)
Mau: ¡Si Claro! (Con ganas de decirle, «we! estuvo pocamadre la fiesta, ojalá hubieras venido». Ya luego me cayó el veinte de que posiblemente estuviera algo molesta).
Aún espero quejas de los demás vecinos lo que me tiene algo estresado. Pero mis inseguridades, miedos, culpas y azotes, no son materia para este post.
Muchas Gracias a los asistentes y ya nos veremos para el Maufest 2008.
Fotos pronto.
Pinche vieja amargada jajaja
Maufest 08
al cual planearé con 3 meses de antelación ir y no haya nada que se interponga jejeje
yeah, MoNo y Sandía se divirtieron HARTO, pero HARTO!!!
Estuvo de antologia!!!!!! Y además hay pruebas. !!
Saludos!!
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