Resumen

La primera etapa del extreme makeover va a la mitad y va bien y eso me tiene contento.

Ayer mi Madre se desahogó conmigo muchas cosas que trae dentro. Muy densas. No las sabía de facto, pero me las imaginaba. Se me quedó grabada una frase muy fuerte que me dijo. Me llegó muy profundo y aún me tiene muy confundido. Creo que lo único que me queda por hacer es quererla mucho. Así de simple y complicado se reduce este asunto. Esa es la única responsabilidad de las que importan que tengo.

Mañana hay una comida familiar a medio día en Tepozofoquintlán, se que debo de ir, es mas, hasta tengo algunas ganas de ir. Pero a medio día y hasta el otro lado del mundo, se va a llevar otro sábado de mi tiempo libre y ah! como me duele eso a veces.

Se volvió a tocar el tema de deshacerme de algunas de mis niñas y traerme a alguien que sea apoyo real. Sólo falta que lo autorice la DG. También acepté la realidad y ya se quien debe ser la elegida, la opción obvia. Probablemente no llegue a fin de mes. Mi conflicto es que no hay pretexto inmediato, simplemente necesito alguien con otro perfil y actitud y ya no espero que cambie la gente. Esto de mover personas como piezas hasta encontrar la combinación que funcione es duro y desgastante.

Las otras dos que se quedan, las voy a poner a aprender para que automaticen todo y no
haya que hacer tanta talacha.

Tengo miedo de volver a tener crisis de personal para mis vacaciones.

También creo que a veces dejo que el trabajo me agobie de mas, gotta work on that.

A parte de coordinar a tres mujeres, llevar las responsabilidades de mi puesto y adicionales, tomar mi diplomado cada dos semanas, configurar iPods, dar capacitación, recibir quejas de clientes quejosos, aguantar a jubilados ociosos, escribir posts y leer blogs, también soy parte de el comité de «mejora interna», que se encarga de hacer el clima laboral mas ameno. Y hoy me tocó participar en la coordinación del torneo de dominó de la compañía.

Panorama estable. Apegándome a lo real. Cero complicaciones. Cero Azote. Cero Broncas.
Eso también es bueno.

No pude postear la reseña de mi viaje a la Feria de Pachuca el fin de semana pasado y creo que ya no lo haré. En resumen: Comí en un restaurante llamado campo feliz y no era como los de Bob Ross, había mas niebla que en Silent Hill, Ricardo Gónzalez (Cepillin) es mas payaso de lo que parece, pase una noche con mucho frío, conocí a Maritza, conocí al asesino del cazacocodrilos, me compré una chamarra en la feria, tuve otro síntoma de adultez al no entusiasmarme con los juegos mecánicos extremos, el fin de semana estuvo agotador físicamente pero relajante mental y anímicamente.
Me invitaron a una fiesta de disfraces a fin de mes de esas profesionales, música, comida, bebida y gozo en casona abandonada en medio de la nada. Quiero conseguirme un disfraz que amerite la ocasión.
Tengo una lista de amig@s a los que he tenido ganas de llamarles solo para saludarlos y saber como están pero no lo he hecho. Me lo repruebo.

Mi coche después de dos semanas de lavarle las vestiduras sigue oliendo mal.

Me quedé tarde en la oficina solo para acabar el post por que se que en mi casa no lo hubiera hecho.

No mandé las tiras hoy por que le tengo miedo al Outlook y al monitoreo corporativo. No tuve chance/tiempo/ganas de armar alternativa.

Ayer fue dia de la raza y no salí a ver la estatua de Cristobal Colón que tengo enfrente de la oficina.Mañana me tengo que ir a cortar el pelo.

No se si quiero llegar a mi casa…