Los días habían estado intensos, así que en cuanto me subí al avión a Lima, clavé el pico. Me deperté una hora y media después a son de los gritos y sombrerazos de los pasajeros, por que no habíamos despegado.
La versión oficial, es que no había buen tiempo y en lugar de volar derechito de Bogotá a Lima, había que tomar la libre. Como el trayecto era mas largo había que cargar combustible de mas, pero por la hora (10:00 pm aprox) el responsable del combustible en el aeropuerto ya se había ido a su casa y no habia quien despachara.
Después de dos horas en un espacio confinado la banda se puso bastante hostil. Empezaron a salir teorías conspiroparanoincas (Que si había alguien de la lista No-fly en el avión, que si era una avería mas grave, etc), o iniciativas rebeldes, (¡Vamos a bajarnos todos del avión, a ver que hacen!). Yo en mi idignación, hice lo que cualquiera hubiera hecho, lo twiteé.
Dos horas adentro del avión sin despegar. @Avianca vuelo 141. Esto es terrible. pic.twitter.com/7buenX2dbd
— Mauricio (@mausanchez) April 10, 2014
Mi tweet me ganó replies de simpatía y ánimo de mi timeline (lo cual agradezco), pero no hizo mucho mas por resolver la situación. 🙁 Finalmente 3 horas despues de estar encerrado con 150 desconocidos en el avión, despegamos.
Llegamos al hotel en Lima casi a las 5 am, una mentada de madre ya que la reunión de trabajo estaba programada para a las 9 y todavía ibamos a hacer teamback una hora antes.
No obstante, el karma me pidió disculpas por la desvelada en la forma de una suite especial-mamona. Resulta que por falta de cuartos normales me asignaron la habitación «Don Draper», que aparte de tener una vista muy decente era del tamaño de 3 veces mi departamento, tan solo la tina era como del tamaño de mi cocina. Se me hizo divertido.
Al otro día, nuestro colega de la oficina de Perú pasó por nosotros para llevarnos con el cliente. En el camino, en calidad de zombie, me di cuenta con horror de que realmente no sabía nada de Perú.
En situaciones normales, antes de visitar el país hubiera visto varios documentales, leído la wikipedia o de perdida comprado una monografía en la papelería. En ese momento hasta dudé que La tigresa del Oriente y Wendy Sulca fueran peruanas. ¡Mal!
También en ese trayecto, el CM de @avianca (ya en horas hábiles), contestaba mi tweet. Yo venía muy cansado como para volverme a indignar.
@mausanchez sentimos las molestias ocasionadas, trabajamos para que situaciones como estas no se vuelvan a presentar. ¡Saludos!
— Avianca (@Avianca) April 10, 2014
Tuvimos pues nuestras juntas con el cliente, y de la misma forma resultó ser gente de lo mas agradable. No será ningún problema trabajar con ellos.
Llegada la hora del almuerzo, se decidió ir a un lugar (El verídico de Fidel) a comer cebiche peruano, que según cuenta la leyenda es el platillo mas rico del cono sur. La verdad es que no me impresionó :/ Dejó mas huella en mi el agua de Chicha-Maracuyá. ¡yum!
La tarde se nos fue trabajando, en otra cita y sacando a distancia los pendientes del día a día en México, y adelantar algo de los compromisos hechos en Colombia. Al final del día yo solo quería que me fueran a botar a mi habitación de Rockstar a dormir. Nuestro anfitrión por supuesto que no nos dejó y nos llevó a cenar. ¡Y Que bueno!
El lugar que escogió (Tanta) es un restaurante de cadena propiedad de un Célebre Chef peruano, Gastón Acurio. De acuerdo a lo que me explicaron, este chef ha puesto en alto por todo el mundo la comida peruana. Me quedo muy claro por que. (Hint: tiene un restaurante en polanco)
Pedí el lomo Saltado. Que insípida había sido mi vida antes de eso. Que cosa mas rica. Pero lo mejor de la noche fue sin duda el Pisco Peruano. ¡Que delicia de bebida!. Antes de esa noche yo solo había probado el pisco Chileno, pero me explicaron que el peruano es de mejor calidad. Algo tenía que ver con el proceso artesanal y la uva que se usaba, pero mas bien creo que es la rivalidad ardida que los peruanos se tienen vs los chilenos.
Me hice como propósito en la vida, aprender a preparar un Pisco Sour la mitad de bueno del que me sirvieron, así que pregunté la receta. La bebida consta de: Hielo frappé, Pisco, limón, jarabe, clara de huevo y unas gotas de Amargo de Angostura. La mejor definición de este ultimo ingrediente es «…un líquido amargo y angosto».
Ya con un par de piscos encima, nuestro anfitrión nos dejó en el Hotel y sin oportunidad de disfrutar mi suite de Hugh Hefner, caí perdido.
Al otro día, para no perder el ritmo que llevábamos trabajamos toda la mañana. Como recompensa de una semana de trabajo intenso y, para cerrar con broche de oro, nos llevaron a almorzar a la orilla del mar (Cala), comí un Risotto con camarones sublime.
De regreso, ya con mas tiempo, tomamos la ruta escénica a la orilla del mar, por un barrio muy bonito (Miraflores creo…). El regreso fue largo, entre el tráfico y la salida del vuelo de media noche hacia México, acabé exahusto.
Esa fue mi primer semana de trabajo en Sudamérica, en teoría, mi trabajo me tendrá haciendo viajes frecuentes. Si las cosas se parecen a esta visita, creo que lo que me espera son días de trabajar y comer. Life is good.
Que mala suerte lo del cebiche. Esperemos que en otro viaje te repongan esa falta. Con lo demás, se me hizo agua la boca.
Te cambio todo el conocimiento de colombiano avanzado por datos del perú. La verdad es que yo siempre le he tenido pereza a ese país.
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