El domingo pasado fue la nosequechingésima edición de la Carrera de Aseguradoras de México. Algunas personas de la H empresa donde trabajo se inscribieron. Yo fui seleccionado por una computadora a ser el fotógrafo oficial.
Como me lo pidió mi jefa y sabía que el Director iba a estar a ahí corriendo, no me pude negar. A eso de las 7 am ya estaba yo en CU rodeado de gente en «chores» y «pans». Mi humor no fue diferente que cualquier domingo en la mañana.

El punto es que, un compañero que estaba inscrito no llegó, cosa que no se me hizo extraña, hasta yo que no iba a correr consideré no ir al levantarme por la mañana.

Al día siguiente nos dieron la noticia que ese compañero había fallecido el viernes en un accidente. Yo lo conoci poco, pero sus compañeros cercanos lo sintieron mucho e incluso hubo llanto de un par de mujeres.

Hoy a la hora de la comida, alguien les pregunto a las chicas como seguian. Respondieron que mejor, y una de ellas aprovecho para comentar que este joven estaba en su tanda, el tema causó interés. Todos los presentes se interesaron en saber que iba a pasar con la tanda del difunto, quien la iba a pagar, a quien le iban a dar su número, en fin…

De repente me sentí en un episodio de Mi Secretaria.

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